Querido 2018, gusto en conocerte. Pensé que tardarías más en llegar, pero como siempre, llegas antes de lo previsto, o quizás, justo a tiempo. Llegas con todas las posibilidades y oportunidades que ofreció el 2017, pero mejor. Mejor porque llegas completamente nuevo, sin errores ni decepciones –así llegan todos.
Cada año se nos olvida que el segundero del reloj sigue su cuenta y que quizás no eres nada especial –o si? Todo esta en nuestra manera de verlo. Algunos te ven como un día más, al fin y al cabo eres parte de un calendario que seguimos. ¿Te sientes a veces presionado por toda la importancia que te damos? Apuesto que sí. Siéntete halagado. De repente llegas y nosotros, así como quien no quiere la cosa (porque muchos predican no formar parte de eso), en Diciembre comenzamos a hacer un resumen de todo lo que paso el año anterior y lo que nos proponemos para ti –soñar no cuesta nada.
No te pongas celoso, pero el 2017 quizás fue más especial que cualquier otro año, lo siento. El 2017 fue especial porque mi gran pilar (mi papá), se fue. No te sientas triste por mi o mi familia. Es ley de vida y ha sido una lección dura y única en sí misma. A veces lo llevo bien, otras veces no. No soy lo suficiente inocente como para pensar que no vendrás con retos por tu parte, pero tampoco seré insolente de pensar que vendrás exactamente como el 2017. Tú también eres un año único, y una oportunidad para seguir “pa´lante” como cada día.
Tenemos proyectos, nos planteamos y replanteamos cosas, resumimos el 2017 y nos llenamos de sueños para ti. Lo siento, 2018, pero no te veo tan extraordinario. No me malinterpretes, te veo tan único como cualquier otro año, como cualquier otro día, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Seguiremos construyendo nuestros sueños, a veces los culminaremos, a veces no, pero no te echaré la culpa de mis logros o fracasos por el simple hecho de sustituir al 2017. No te atiborraré de expectativas, no te cargaré de responsabilidades ni de frustraciones innecesarias, no te pondré ese peso encima. No diré “borrón y cuenta nueva” ni mucho menos “año nuevo, vida nueva”. Y es que no quiero una vida nueva, me gusta la mía. Seguiré mi vida, mis planes, mis aspiraciones y tu me acompañaras durante estos doce meses. Gracias.
Celebraré tu bienvenida y tus tradiciones porque son bonitas, me gusta celebrar, sobretodo cuando llega un integrante nuevo a la familia. Cenaré en grande y bailaré para recibirte, porque sea cual sea las sorpresas que tengas para mí, aprenderé, creceré, viviré, y cuando termine tu turno te agradeceré, como siempre hago a todos los años, por tu compañía.
Bienvenido 2018!