Hace 8 años tuve una época desempleada. Quería hacer doctorado, dedicarme a la investigación, seguir el camino académico, etc., pero un conjunto de situaciones y decisiones (personales y externas) lo hicieron difícil.
Esto es lo que mi papá tuvo que decir:
«Hijita en esta vida nada es estático ni eterno, ni siquiera la vida misma, ya que esta es también transitoria y cambiante.
La mayoría de las veces no es la vida ni las cosas las que cambian, sino tu apreciación, que está influenciada por tus creencias y tu estado de ánimo.
A esos cambios de apreciación y de sentirnos ante las realidades es a lo que algunos llaman crecer y madurar. Por eso la vida es como dice el Zen: un río que fluye. Y tus opciones son, pararte en la orilla y verlo pasar, o estar dentro de él y fluir con él, es decir: vivir.
Ese camino del río está lleno de cosas como experiencias, sentires, recorridos, logros, fracasos y todo tipo de sensaciones y caídas, pero es el único camino que vale la pena transitar. Así, en alguna parte de ese camino poder pararte y decir lo que dijo Pablo Neruda: “confieso que he vivido” y no llegar a decir: “coño se me fue la vida y no hice nada”.
Tienes razón, parece que la naturaleza ha establecido que el cambio y la transformación constante son la norma ya que nada es estático, ni creo que pueda serlo.
El trabajo te llegará, más abundante de lo que tú crees ahorita. Solo hay que ser paciente y disfrutar de lo que haces, que no es otra cosa que prepararte para poder escoger el mejor camino y cómo quieres hacer tu vida.
Es un privilegio el poder elegir que haces, como lo haces y donde lo haces. No muchos tienen eso ya que ni saben que es posible. Estoy muy orgulloso de ti y siempre lo estaré, sobre todo por tener la posibilidad de llevarte adelante, ayudarte a lograr tus metas y así, poder escoger tu vida.
Tqm,
Papá»
Él lo no lo supo, pero la desempleada finalmente se dedica a la investigación!