Hablar del embarazo es delicado. Así que dejo una advertencia: algunas de ustedes quieren estar embarazadas y por alguna razón, no lo están. Algunas mujeres quedan embarazadas sin desearlo. De hecho, aproximadamente la mitad de los embarazos no son planificados. A veces, los embarazos son resultados traumáticos de abusos sexuales. Algunos embarazos pueden ser tan complicados que pueden amenazar la vida de la mujer que lo lleva. Algunos embarazos, acaban con un desenlace devastador: abortos espontáneos y muertes fetales.
Hoy no voy a hablar de esos embarazos. Si los que he mencionado anteriormente es uno de tus casos, quizás te sientas ofendida. No es mi intención.
De los embarazos que voy a hablar a continuación, son los embarazaos no complicados.
Cuando nos quedamos embarazadas, las mujeres cambiamos para siempre. No importa el resultado. Yo estoy embarazada, de 18 semanas, (4 meses y una semana), y quiero hablar de mi visión (por ahora).
La mayoría de las personas cuando quedamos embarazadas lo hacemos con uno o dos objetivos en mente: uno, queremos tener sexo, y dos, queremos tener un bebé. A veces son las dos cosas a la vez. Muchas de las mujeres que quedan embarazadas, no siempre quieren estar embarazadas. El embarazo suele ser un medio para un fin. No suele ser el objetivo final, y muchas veces, si, está sobrevalorado.
Hablemos un poco de fisiología. Hay diferencias abismales en la fisiología del cuerpo de una mujer embarazada del cuerpo de una mujer que no lo está. Desde el momento de la concepción, cuando el esperma encuentra un óvulo, el cuerpo comienza a cambiar, y hace eso para proveer un sitio para que esas células crezcan en una personita. Todos estos cambios se pueden sentir de muchas maneras.
Para quienes no están embarazadas/os, les pongo un ejemplo: Imagínate una vez en tu vida, cuando has tenido un virus en el estomago que te causa náuseas y vómitos. Seguramente fuiste miserable por esos poquitos días. Bueno, esto lo pueden llegar a sentir las mujeres embarazadas hasta por ¡9 meses del año!
No es una tontería. Imaginemos que el embarazo es un fármaco promocionado por el típico anuncio americano:
Una mujer sonriendo, caminando por el parque bajo la luz del sol mientras se toca la barriga: “Disfruta del embarazo. Con el conseguirás el bebé que tanto deseas. Solo tienes que ingerirlo por 9 meses”. Y de seguida una voz grave diciendo:
Los embarazos pueden tener muchos de los siguientes efectos secundarios: náuseas y vómitos, acidez, insomnio, ronquidos, micciones frecuentes, falta de aire, intolerancia al calor, sensibilidad a los olores, sangramiento nasal, congestión nasal, dolor de vientre, dolor de espalda, dolor de caderas, calambres, varices, picor en la piel, sensibilidad en los pechos, estrías, acné, cambio de color en la piel, etc.
¿Se ríen? Estoy segura de que muchos dudarían de tomar esta medicina.
A pesar de esto, muchas queremos quedarnos embarazadas, porque el fin justifica el medio. Y para algunas, el embarazo es una experiencia genial con unas pequeñas incomodidades.
Sin embargo, los embarazos pueden ser tiempos de mucha ansiedad. La depresión posparto tiene mucha fama y con mucha razón. Pero los cambios de humor suelen comenzar en el embarazo, empeorando con los cambios hormonales que ocurres después del nacimiento. La ansiedad en el embarazo no es menos importante que la depresión posparto. Las personas que van a ser padres están bajo presión. Muchas veces esta presión nos la ponemos nosotras mismos, pero también puede venir de la familia, amigos, grupos de crianza, redes sociales, etc.
Cuando vemos a una embarazada, hay esta necesidad de comentar y de reconocer por lo que están pasando. Desafortunadamente, nuestros comentarios suelen venir con consejos y advertencias que en su gran mayoría son basados en mitos, no hechos, incrementando así la ansiedad en las embarazadas.
Algunos mitos comunes respecto a que es sano y que no en el embarazo giran alrededor de la comida y las bebidas. El café suele ser un objetivo común, pero el consumo del café en el embarazo está muy estudiado. Te puedes encontrar alguien diciéndote que no puedes tomar café. También puede pasar que pides un café y directamente te traen uno descafeinado. Hay muchos estudios que confirman que tomar una o dos tazas de café en el embarazo es completamente sano.
Embutidos, quesos frescos, sushi y carnes crudas, son comidas que suelen estar en la lista de “prohibidos” en el embarazo. Pero el problema aquí no es la comida. El problema son las bacterias que pueden contaminar la comida, lo cual puede pasar más fácilmente en estos alimentos que he mencionado antes. La bacteria más famosa, la listeria, puede ser dañina para las personas y para el feto. Ahora, si prestas atención a las noticias, sabes que los productos que han tenido problemas con la listeria son sacados del mercado enseguida. La listeria se puede encontrar incluso en la ensalada y nadie le está diciendo a las mujeres embarazada que dejen de comer ensalada. El manejo y preparación apropiada de los alimentos puede disminuir el riesgo de exposición, por tanto, una mujer embarazada que se está comiendo su bocata de embutido o sushi favorito, no está “condenada” a sufrir una infección. Recuerden, no es el embarazo que hace que se contaminen, entonces por favor resiste la necesidad de ofrecer advertencias sobre los posibles daños al bebé si ellas están comiendo estos alimentos, especialmente si tú también vas a comerlos. Si tú comes embutido que está contaminado, tu estatus de “no embarazada/o” no te protegerá. Las mujeres suelen estar bien informadas sobre los riesgos. En definitiva, es su decisión.
El consumo de alcohol es otro tema que suele salir en el embarazo. Es recomendable evitar completamente el consume de alcohol en el embarazo. Si, muchos tienen historias de sus abuelas que se tomaron un whiskey mientras estaban embarazadas de su 6to bebé, y todo salió bien. El problema es que sabemos que el consumo de alcohol en el embarazo está asociado con el síndrome alcohólico fetal. Lo que no se sabe es la cantidad de alcohol o en qué parte del embarazo el alcohol es un problema. Un estudio que exponga una cantidad de mujeres embaraza y a sus bebés a las consecuencias del alcohol no sería ético. Por tanto, la recomendación es abstinencia. Si, incluso las famosas cervezas cero (también tienen algo de alcohol).
El sexo es otra de las cosas que aún la gente se pregunta si está mal o bien en el embarazo. ¿Es seguro? ¿Lo podemos hacer? ¿Le haré daño al bebé? Muchas mujeres se sienten tan mal durante el embarazo que no les apetece para nada tener relaciones sexuales y eso está bien. Otras mujeres se sienten increíblemente bien y experimentan un aumento en la libido queriendo tener relaciones sexuales más que nunca, y eso también está bien. El embarazo está muy protegido dentro del útero. Así que si te estás preguntando si estás pinchando o golpeando al bebé mientras mantienes relaciones, la respuesta es NO. Algunas complicaciones en el embarazo si hacen que mantener relaciones no sea saludable, pero entonces tu matrona o ginecóloga debería explicártelo explícitamente.
Otro tema muy controversial y que a mí me toca de cerca, es que mucha gente piensa que hacer ejercicio intenso durante el embarazo no es sano. ¡Esto se puede llevar demasiado lejos! Hacer ejercicio embarazada es muy diferente a cuando no lo estás: se te acorta la respiración, te cansas más rápido, el centro de gravedad se pierde, etc. Pero hay muchos estudios que muestran que la actividad física durante el embarazo es beneficioso para la salud de la mujer y para el embarazo como tal. Probablemente no es el mejor momento para comenzar un deporte intenso desde cero (si no lo has practicado nunca), pero si una embarazada estaba corriendo maratones, nadando, o cualquier deporte físicamente demandante antes de estar embarazada, probablemente pueden continuar haciéndolo por la mayor parte del embarazo. Deportes de riesgo como la escalada ¡también! Los escaladores solemos saber evaluar muy bien los riesgos y existen muchas maneras seguras de practicar la escalada. Que no se me olvide, está bien levantar peso o estar de pie por una buena parte del día. Estar embarazada no es una razón para dejar de correr, ir en bici, levantar cosas o subir escaleras.
Más ideas. La mayoría de las mujeres embarazadas tendremos problemas para dormir en algún momento del embarazo. Nos levantamos a orinar, tenemos calambres u otros dolores musculares, y algunas personas dicen que ciertas posiciones no son seguras para dormir. Dicen cosas como: “No duermas boca arriba”, “no duermas boca abajo”, “no duermas del lado izquierdo…. O derecho”. ¿Entonces no duermo?, ¿Ven por qué esto es un problema? Este es el mensaje final en cuanto a dormir durante el embarazo: Si estás cómoda, ¡estás a salvo! Los que duermen boca abajo pueden seguir haciéndolo, por lo menos por un tiempo. Cuando la barriga esté muy grande simplemente será imposible. Lado derecho, lado izquierdo, está todo bien. Dormir boca arriba puede ser un problema. Cuando el útero está grande, puede poner mucho peso y prevenir el flujo de sangre hacia el corazón, pero en una persona sana, cuando esto pasa, el corazón responde latiendo más rápido y haciendo que respires como si estuvieras corriendo. Mientras duermes, esta sensación tiene el efecto de despertarte. Cambias de posición y problema resuelto.
No hace falta dramatizar. Los embarazos son autosuficientes, están bien protegidos, son sistemas bien diseñados que requieren muy poco mantenimiento diario, sino ¡no existiera la humanidad! A mi me sabe mal cuando veo a una embarazada (con un embarazo sin riesgo y sintiéndose bien) que ha parado de trabajar o de hacer sus actividades normales, para “cuidar” el embarazo a base de mitos. A veces hay esta concepción de que tenemos que estar sentadas contemplando la barriga y parar el resto de las actividades. ¿Por qué? El embarazo se puede disfrutar mientras se hacen otras cosas también. No hace falta estar como un buda y solo meditar sobre el embarazo y la barriga. Mi experiencia de embarazo mientras hago yoga, camino y escalo en la montaña es mucho más gratificante que estar sentada en mi casa viéndome el ombligo. Estar conectada, salir de casa y estar físicamente activas beneficiará a la mujer embarazada.
Cuando sucede un aborto espontaneo en aproximadamente 25% de embarazos clínicamente confirmados (mi primer embarazo resultó en un aborto, pero esto es otro post), da la impresión errónea que la actividad o el esfuerzo es una causa. Casi nunca lo es. Pero el mito sigue en pie y por esto cuando estamos embarazadas nadie quiere que levantes un dedo. Les digo: decir eso nos hace sentir mal, inútiles y culpables. No lo somos.
La cuestión es que los consejos en los embarazos normalmente vienen desde una preocupación sincera y desde el amor de las personas que tenemos alrededor. Pero para las embarazadas, quienes los recibimos, hace un poco más que incrementar la ansiedad, la presión y la culpa.
Anticipar el parto raramente lo hacemos libres de miedo y ansiedades. Vamos a estar de acuerdo en que “duele”. Incluso cuando las ganas de conocer al bebé son enormes y nos preparemos física y emocionalmente para ese momento, la incertidumbre es enorme.
Las matronas están bien preparadas para las complicaciones, pero afortunadamente la mayoría de los embarazos y partos transcurren sin complicaciones. Creo que el rol más importante de las matronas en los embarazos es el acompañamiento y el apoyo. Entonces si estás embarazada, tienes dudas, te molestan los comentarios, sientes culpa, etc., habla con tu matrona para mirar la evidencia y poder tener una visión objetiva de las cosas. En lo posible, ignora todo lo demás.
El miedo al parto es normal, ya que requiere que la mujer vaya en contra del instinto de autoconservación. Todos estamos programados para retirarnos del dolor, pero parir a un bebé requiere que la mujer entre en el dolor y que lo intensifique. Me quedan unos meses para experimentar esto y ojalá que mi cuerpo me lo permita, porque para mí sería un privilegio vivir ese nivel de instinto. Muchas mujeres comentan que en su trabajo de parto dicen: “no puedo hacerlo”. En ese momento es cuando se necesita de la confianza de alguien que te diga: “ya lo estás haciendo, ya lo tienes, y yo estoy aquí”.
Todos también podemos hacer eso durante el embarazo. Ofrecer compasión, entendimiento y apoyo cada día. Así que, si ves a una mujer embarazada y te sientes con la urgencia de decir algo, regurgitar mitos y dar algún consejo, ¿por qué no intentas esto?: “te ves genial”, “¿Cómo te encuentras?” “¿Te puedo ayudar con algo?”.
Liberemos a las mujeres embarazadas de la presión. Ellas ya tienen suficiente. Rompamos los mitos.